Mas o menos así:
Llega mi papá por el fin de semana a conocer a su nieto. 41 semanas de embarazo y cero contracción. La oxcitocina agonizando sus ultimas esperanzas tras un repentino cambio de casa. 100 subidas de escalera y toda una casa que trasladar.
Nos vinimos donde mi mamá el fin de semana
y mi papá se fue con Mateo aun inside.
Intento de arranque oxitocinico aplacado por un aceptado miso... magico liberador de una doble circular que en el anonimato amenazaba sin asustar. Un trabajo de parto con un paseo de emociones hasta que la anestesia tardia hizo su efecto.
Contenida en cada minuto me mantuve todo lo posible en el lugar y justo acepté soltarlo cuando el decidió conocer el lugar. Y sin esfuerzo hubo un nacimiento casi perfecto con un solo punto que cuidar.
Mientras un útero se vaciaba, el otro se alistaba para recibir a otra gente... cambio de piso y pintura. A arrendar.
En casa aguardaron los chanchitos al tercero para completar el cuento.
Entre saludos cibernéticos, empapados de paz y flores pasó la clínica mientras los tramites iban y venian.
La bajada milagrosa de la leche al segundo dia hizo la llegada a casa unas vacaciones. Entre juguetes, caminantes y pañales todo fluye.
Con el dinero de hace meses y un pre y postnatal de bilz y pap me preparo para trabajar y asi terminar estos ultimos 10 dias... con el regalo de Dios como un guerrero seguiremos dando sustento al hogar.